
Explorando las profundidades del lapislázuli: una piedra preciosa de antigua majestad
En el entramado de piedras preciosas que adornan nuestro mundo, el lapislázuli destaca con su profundo azul celestial, símbolo de realeza, sabiduría y verdad. Venerada desde la antigüedad, esta piedra preciosa ha adornado los salones del poder y la santidad, desde los sarcófagos de los faraones egipcios hasta la paleta de los mejores artistas del Renacimiento. En esta exploración, profundizamos en las preguntas más frecuentes sobre el lapislázuli, desentrañando la mística de esta antigua piedra.
¿Qué es el lapislázuli?
El lapislázuli es más que un simple mineral; es una roca compuesta principalmente de lazurita, que le da su icónico color azul intenso, junto con calcita, pirita y otros minerales que le confieren su carácter único. Su nombre proviene del latín «lapis», que significa «piedra», y del árabe «azula», que significa «azul». Esta piedra preciosa se extrae desde el año 4000 a. C., principalmente en las minas de Sar-e-Sang de Afganistán, que siguen siendo una fuente importante de minerales hasta la actualidad.
¿Qué hace que el lapislázuli sea especial?
El atractivo del lapislázuli no reside solo en su impresionante tono azul, sino también en su significado histórico y simbólico. Era una de las posesiones más preciadas del antiguo Egipto, simbolizando el cielo nocturno y creyéndose que confería sabiduría y perspicacia. Los artistas del Renacimiento lo molían hasta convertirlo en polvo para crear el ultramar, el más caro de todos los pigmentos azules, venerado por su intensidad y durabilidad.


¿Cómo saber si el lapislázuli es auténtico?
El lapislázuli auténtico posee un color azul intenso y profundo, a menudo con motas doradas de pirita y vetas blancas de calcita. Un indicador clave de autenticidad es la densidad y el peso de la piedra; el lapislázuli es bastante denso y debería sentirse pesado para su tamaño. Las imitaciones pueden usar jades teñidos o lapislázuli de menor calidad con un exceso de calcita blanca. Examinar la piedra con una lupa puede ayudar a revelar la veta natural y las inclusiones, distinguiéndola de las sintéticas.